Avecindado en Cancún, desde esta hermosa ciudad hoy dispongo de una perspectiva que muestra más claramente los intersticios de algunos problemas en Chiapas. En primer lugar la voz generalizada que ocupó pasillos, cafés y charlas repetidas de quienes intervenimos en el proceso para que Juan Sabines Guerrero alcanzara el Poder, hoy adquieren más peso: El equipo de primera instancia está copado de gente que no es del propio Sabines o son busca chambas, dando sentido –sin que yo lo pueda aseverar- a la idea de que la gubernatura fue un arreglo entre Pablo Salazar y él; que Roberto Albores Guillén vino a expiar sus culpar haciendo la guerrilla a Josean; que la estructura de las tradicionales fuerzas políticas se mantiene, aún cuando dispongan de frentes distintos, y finalmente, que la gente convocada por Sabines a su gobierno no tiene compromiso formal con ayudarle, sino con sus propios proyectos.
Al leer los medios nacionales y estatales, alcanzamos a ver un panorama de indolencia gubernamental que no modifica el matiz con el que vemos el gobierno de Chiapas desde Patrocinio González hasta ahora. Utilizo ese referente por dos razones. Patrocinio resulta ser la base de los gobiernos o administraciones con las que se construye al Chiapas contemporáneo. En su época gana la primer gubernatura un partido distinto al PRI (Ernesto Ruffo en Baja California). El Congreso de la unión alcanza su primera oposición intensa con la voz del inteligentísimo Porfirio Muñoz Ledo, y empieza a construirse el actual modelo de diálogo social gobierno-sociedad. Y finalmente, porque desde esa época mi trabajo me permite conocer directamente a los gobernadores.
Insisto, desde esa época hasta ahora nada ha cambiado. Los gobiernos siguen copados por amigos y gente de confianza que la final son busca chambas, los que no son amigos resultan pagos de cuotas, contribuciones de linajes políticos y excepcionalmente servidores de valía. Pero nuestro querido estado no da el salto. Sigue enmarañado en una inercia aletargada. Los pueblos siguen manteniendo vicios y corruptelas y quienes gobiernan perciben con más naturalidad que el gobierno es el mejor de los negocios y el acceso a él, si se es cauto y ahorrador, puede significar un retiro digno o la base de un floreciente negocio.
Nuestros gobernadores, atrapados por el vértigo de sus agendas, no se detienen a pensar, a reflexionar y tratar de entender que una determinación de ellos, si es buena se convierte en política en lugar de ser programa de moda. y si la determinación es mala, muchos pagamos la pifia, menos los que la instrumentan.
Nuestro estado está cada día mas lleno de baches y basura. Los topes en carreteras aparecen como virus sin control, rezagando las rutas de introducción y extracción de productos – con su consabida alza en el costo – afectando al turismo que evita la tortura de los recorridos segmentados y especialmente al automovilista promedio afectado por recorrer sus calles y carreteras con los grilletes. sin dejar de contar el alza en mantenimiento de todos los vehículos y los efectos económicos adversos para todos. Y mucho podría arreglarse poniendo en práctica el modo de Gandhi, que para saber qué piensa el pueblo hay que viajar en segunda clase.
No hoy no, todo de hace en helicóptero o avión porque así se puede atender la agenda. A los físicos les provoca hilaridad las máquinas para medir el tiempo, por lo que al final éste es un estado de percepción. Así me dan risa el que los gobernantes, tratando de organizar su trabajo, se convierten en esclavos de las agendas y no hay tiempo para detenerse a pensar.
Las mas de las veces, no entienden los valores intrínsecos del poder público y en lugar de ejercerlo se hacen esclavos de él. Termino esta reflexión: si algo tan sencillo como baches, topes y basura no se puede resolver por falta de humildad para experimentar lo que la mayoría de los ciudadanos padece, entiendo entonces que los asuntos torales tiene un tratamiento ajeno a cualquier lógica. ¿Exagero? veamos hacia atrás.
Conocí de primera mano a los gobernadores Patrocinio González Blanco Garrido Canabal, Elmar Seltzer Marseille, Julio César Ruiz Ferro y Roberto Armando Albores Guillén. No creo que se acuerden de mí, no fui un hombre cercano, sin embargo a todos los conocí de primera mano. Reconozco en ellos su esfuerzo de mejorar las condiciones de su pueblo, sin sustraerse del protagonismo de decir: yo lo hice. Todos disponen de su cauda de cualidades y de vicios. Algunos astutos, otros realimente agudos. Al final la vitamina P les mejoró el juicio y les dilató la pupila. Pero Chiapas, con los matices de tantas inteligencias sigue estando en condiciones de adversidad.
Fui estenógrafo de la campaña de Patrocinio y me maravillaba su razonamiento y su discurso impecablemente estructurado. Me gustaba que a las cosas llamara por su nombre – en la época mas recalcitrante de los eufemismos públicos – me resultaba extraordinario que conociera de tantos temas de la vida pública. Su cultivado bagaje, su ausencia de naquez y su cruel pragmatismo eran signo de su estilo de gobernar. Más al final, su visceral antipatía por temas y actores pudo más que su agudeza. Hoy se le recuerda iracundo y letal.
Elmar Seltzer era un buen hombre. Nada malo puedo expresar de él. Era sencillo y bien intencionado y nunca consideró gobernar una casa tan grande.
Javier López Moreno. Doctor en Derecho, periodista y ensayista antes que otra cosa; indio de Tenejapa que no podía mas que libar con los amigos y evitar que la espoleta de la granada que quisieron poner los zapatillistas, se apartara del seguro. Lo logró y su papel en la historia esta bien archivado.
Eduardo Robledo ¿who?
Ruiz Ferro concluyó una etapa de la vida de Chiapas que arrancó en las postrimerías del siglo XIX, la de los personajes que sin mérito ni gloria, accedían al principal buró de poder público chiapaneco. Recuerdo como llegó, tenía una semana y nadie sabía escribir su nombre correctamente y lo mejor, hay más que lo recuerdan por la proverbial belleza de su esposa que por su papel de mandatario. Al final todo era gris en su administración, un uruguayo se llevaba el mérito de sus actos inteligentes y éste se nutría de no menos inteligentes jóvenes que le armaban su discurso. Ruiz Ferro trató de hacer un buen trabajo y en algunos aspectos lo hizo bien, -en lo financiero y en la estrategia de inversión por ejemplo- pero su prurito por el micrófono público, le valieron una baja calificación así como una suerte de desapego al pueblo chiapaneco.
Roberto Albores es inteligente y aferrado. De opinión unilateral, a sus amigos les pagó con creces y a quienes no lo eran, les construyó un puente de diálogo. Puente coercitivo la mayoría de las veces, pero puente al fin. El tiempo no le alcanzó y la alternancia lo sorprendió un 2 de julio de 2000 y lo remató un 20 de agosto del mismo año. Sin embargo aguantó la tormenta – que más le quedaba dicen algunos. Se pudo ir digo yo y sin embargo se quedó hasta el final – Se fue entre rechiflas y agresiones orquestadas por el taimado Pablo Salazar, pero al final dejó una capilla de devotos que aplaudieron sus arrestos por quedarse en el gobierno, pese a recibir las instrucciones de dejarlo antes de que concluyera el mandato (mención especial merece el leal Mario Carlos Culebro quien animó a los diputados para sostener a Albores. Bien por él.)
Luego hubo quienes le apostamos a Albores cuando quiso regresar. Me tenía cautivado y no lamento haberle apostado, aún cuando ahora lo veo con decepción. Siguiendo a Albores fui hasta adelante del grupo que sacó a Josean del Templete el 6 de abril de 2006, cuando con un puño de insolentes priístas decidió hacer a un lado a quienes opinaban distinto। Luego aguanté los riendazos con dos hermanos -cuyo padre brega en política y es transportista de oficio-, tapando la entrada del aeropuerto para evitar que Roberto Madrazo legitimara a Josean en el Poliforum. En esa ocasión los traileres de estos jóvenes resistieron las pedradas y garrotazos de los finos compadres de Julián Nazar; en la misma edición perseguí al niño verde (al de México, no la cuija) y le pegué una calcomanía de Albores en su camioneta para expresar nuestro repudio y él también, con huevos, la quitó en nuestras narices.
A mi me tocó ver el esfuerzo de Jorge Constantino Kanter para alentar a los alcaldes que cabildearon el voto corporativo, y mucha gente en el estado respondió para apoyar a Sabines. Estuve presente animando a los valientes diputados Juan Antonio Castillejos y Candelaria Molina Zepeda, que renunciaron a la fracción priísta para unirse al esfuerzo liderado por Albores, de apoyo a Juan Sabines. Hice campaña en todo el estado para que Sabines ganara y evitar que llegara Josean. Hubiera sido terrible.
Josean es gente de venganzas y odios, pero lo peor era que estaba rodeado de los principales bandidos de cuello blanco. Alguien podría decir que los de hoy también son bandidos, les asiste la razón, pero al menos no son viejos, mañosos y con expe riencia de saqueadores. En su aprendizaje algo dejarán. Josean es un hombre trabajador, podía haber ganado। Había hecho una gran labor y tenía a casi todo Chiapas consigo. Su principal mérito era que estaba opuesto a Pablo - Ese fue el principal obstáculo para hacer que ganara Juan, su cercanía a ese sátrapa - Al final la batalla se libró en números chiquitos, pero ni hubo trampa, ni ganó. Él lo sabe.
Ahora de Juan Sabines, el gobernador actual descubro en él a un hombre lerdo,।de varias determinaciones malas y preocupado de que lo extrañen como a su padre. Desaliñado en su imagen, transmite eso en el ejercicio de gobierno: el desaseo político(empezando con la deplorable impuntualidad y su indolencia para hacer que cientos o miles, lo esperen). Lo siento acorralado por tontos desleales y lo que es peor, ha quitado buenos y ha puesto malos: SEDESO, UNICACH y CONECULTA, entre otros. Su papel como articulador de la armonía le ha dejado infaustas calificaciones (Chincultik). No despega a pesar de intentarlo. Siento que los grupos soterrados de Pablo, le impiden avanzar. Veo a mucho inepto en puestos claves, Veo la inmensa mano de Albores atràs de èl y los diputados que emanan de su equipo, siguen sin aprender (empezando por Ángel Córdova que entre las fauces del alcohol, grita que Juan le debe todo a él). Que lástima.
Me lleno de recuerdos; se lo que cuesta llegar a la posición en la que está, pero las anclas del rezago son muchas y sus enemigos tiran invisible pero fuertemente desde la comodidad del anonimato. Siento que tiene que dar un golpe de timón, aun está a tiempo y sé de sus sentimientos nobles. Puede dejar buen recuerdo con nuestro querido pueblo. Esperamos lo haga.
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