1.5.10

El expediente de Paulette contra Peña Nieto

El 22 de marzo, por la mañana, el procurador mexiquense Alberto Bazbaz entró a la habitación de Paulette. Se acercó a la cama de la niña fallecida y justo cuando sus pisadas se aproximaron al sitio donde fue encontrado el cadáver de la menor, la mamá de ella, Lisette Farah, se interpuso en el camino y empezó a conversar captando su atención y distrayendo de su ruta original. Este hecho trató siempre de negarlo el procurador.
Según el expediente oficial, en los exámenes psicológicos que le fueron practicados inicialmente, la madre apareció como una mujer muy inteligente, fría, astuta, que no acepta culpa ni exhibe remordimiento. Una persona experta en la materia dijo que era totalmente dominadora del entorno de su familia, que no manifiesta flaqueza o muestra de afecto ante la tragedia y que ejerce sobre su marido un control en el que no luce enganchada sentimentalmente. Esa misma experta ahora dice que sólo muestra reacciones atípicas.
El análisis psicológico del esposo, Mauricio Gebara, realizado también por peritos de la Procuraduría mexiquense y que consta en la averiguación previa, retrata a un hombre manipulado por su mujer, de corta lucidez, para quien incluso se sugiere un estudio posterior de coeficiente intelectual. Con la ayuda de sus hermanos Mauricio Gebara se separa de su mujer de la que sospecha no solo responsabilidad en el homicidio de su hija, sino también la de una pesada cornamenta que al parecer porta.
Luego, los judiciales mexiquenses que llegaron a la vivienda de la familia Gebara Farah el lunes 22 de marzo y no encontraron nada, nutrieron el boletín de prensa diciendo: No se rompieron chapas, ni se forzaron ventanas, en el lugar no encontraron huellas ajenas a las de la familia y a pesar de que el edificio donde vivía la familia Gebara cuenta con vigilancia, nadie vio salir ni entrar a nadie. En ese mismo lugar localizaron el cadáver de Paulette el martes 30 de marzo. Sin mayor comentario acusan su pésimo trabajo. Pero acusan además otro problema: su falta de memoria. Cuando apareció el cuerpo de la niña hablaron de una bolsa negra y luego se olvidaron de ella, pues ahora resulta que la niña se murió solita y se murió pá siempre. Y sin bolsa. Estos pencos, hicieron el cateo mal y no detectaron el cuerpo. Los restos de la niña no estaba ahí o, no son tan pencos y alguien los metió aun con su vigilancia y encubrimiento.
Omitieron además que un día antes de encontrar a la niña – la cual no estaba en su cuarto a pesar de lo que diga, pues el olor a las 48 horas hubiera mostrado el lugar exacto del cuerpo – se habían arraigados a los padres por sospechas, descartando entonces un secuestro de la delincuencia organizada (o sin organizar, de cualquier manera no importa),y al aparecer el cuerpo se creó otra hipótesis: había un cómplice que había introducido a la niña recién fallecida (porque no olía). De este cómplice ya nadie se acuerda. Menos la procuraduría mexiquense.
Estos elementos anecdóticos muestran cómo trabajan las investigaciones la Procuraduría de justicia del estado de México. Exhibe como pasan de una conclusión inicial, - y una vez que su personal dio por terminados los interrogatorios, a las personas involucradas - ésta deja serlo y sólo se convierte en una hipótesis (oficialmente está a la espera de lo que arrojen los “análisis científicos” al cuerpo de Paulette y el sitio donde fue hallada nueve días después de que la reportaron desaparecida).
La averiguación y sus hipótesis no logran descifrar el móvil del crimen. Al grado que el procurador babas, perdón, Bazbaz, cuestionado en el noticiero de mayor rating televisivo minimizó en ocho ocasiones las conclusiones preliminares de la indagatoria basada en los interrogatorios a los involucrados y trató de ocultar su grado de estupidez y distraernos de su responsabilidad al tratar de asegurar que todo se aclarará con las “pruebas científicas” de los resultados de la investigación. Durante su penosa alocución con el periodista Carlo Loret de Mola expresó 38 veces en 25 minutos “pruebas científicas”. Al salir del programa acorralado por su ineptitud llamó a su jefe y candidato presidencial para rogarle la presencia de los científicos del FBI. Los análisis de este Buró podrían estar listos a finales del próximo mes.
Con ello entrañó dos aspectos lamentables: no tenemos capacidad policiaca de investigación y si la confianza en las instancias de procuración de justicia en el país andanban por los suelos, con este boquete alcanzamos una dimensión de profundidades deplorables. Habrá menos confianza en estas instancias y sus resultados serán sujetos de suspicacias o de completa incredulidad. Cada vez que anuncien a un detenido como presunto culpable, bien podremos expresar que es un chivo expiatorio o un inocente que andaba por ahí. Ahora entiendo porque Madonna no quiere venir a México: No sea que la confundan con la madre Teresa de Calcuta (caso Posadas Ocampo, Chapo Guzmán)
En segundo lugar y toda vez que no creo que la procuración de justicia mexiquense se libre bien de este asunto, todo el gobierno del estado de México será puesto en entre dicho y con ello lograrán hacerle una mella enorme al guapísimo gobernador mexiquense (lo de guapísimo es un agregado de mi correctora de ortografía) que no podrá acallar las voces de ineptitud o estupidez, ni reforzando otras áreas de su gobierno, puesto que con este hecho se sumarían dos straics (strike en la jerga beisbolera) en su contra. El primero porque no le guardó luto a su mujer, ni le lloró y rápido se consoló con su gaviota, en clara muestra de que sus relaciones con la actriz venían de antes y el segundo porque un tema que ha atraído el interés nacional como el de Paulette, a él sólo le parece un vendeta política.
El mismo periodista Loret de Mola en su columna publicada en el Universal el 7 de abril recupera una serie de hechos similares en el mundo. Estos son:
El 25 de octubre de 1994, Susan Leigh Vaughan Smith, madre de un pequeño de tres años y un bebé de catorce meses, denunció a la policía de Union, Carolina del Sur, que un hombre negro la había asaltado cuando se detuvo en un semáforo, la había hecho bajar del automóvil y se lo había llevado con sus dos hijos a bordo.
Desde ese momento y hasta el 22 de julio de 1995, fecha en la que finalmente fue sentenciada a cadena perpetua tras admitir que asesinó a Michael Daniel y Alexander Tyler, a quienes hundió en un lago encerrados en el automóvil para poder estrenar vida con su nuevo novio, todos los medios electrónicos y escritos locales y nacionales de Estados Unidos dedicaron una amplísima cobertura al tema.
Desde el primer día, los investigadores sospecharon de su versión y los periodistas poco a poco se fueron interesando en el caso, que fue cubierto con intensidad por los medios más serios y prestigiados, incluidos The New York Times, The Washington Post y las principales cadenas televisivas de noticias (Breaking News de CNN incluidos), y también por los más amarillistas y frívolos. El interés que despertó en el público fue tal que desde entonces el caso ha sido llevado a un capítulo de la serie Law & Order, se han hecho dos películas y The History Channel le ha dedicado programas especiales.
El caso Madeleine, de la pequeña inglesa desaparecida en Portugal en 2007 fue y sigue siendo noticia mundial. El Mundo de España publicó la semana pasada una nota con el encabezado: “Encuentran a Madeleine mexicana”. Fue sobre la muerte de Paulette Gebara Farah.

Y luego habla de la responsabilidad periodística:
[hay que]
… abordarlos, mostrar completas sus aristas, buscar todas las voces, seguir las investigaciones policiacas y vigilar la actuación de las autoridades en ellos, mas no hacer juicios, presentar con ligereza supuestas evidencias sin sustento ni sentenciar a las personas a partir de percepciones sobre sus comportamientos públicos.

Las televisoras se encargaron de llevarnos por una montaña rusa de emociones, al puro estilo de sus telenovelas.

No podríamos estar más de acuerdo.

Sin embargo el meollo del asunto es que este parece un asunto muy bien dirigido. Televisa se encargó de llevarnos por una montaña rusa de emociones (Loret de Mola, Adela Micha, Denisse Maerker) y pasar de la maldición a la mamá, a la duda y finalmente a los rostros absortos frente al televisor. Pasamos de estar indignados a ser jueces y al final de sentirnos engañados.
Lo que no sabemos es qué trataron de hacer subrepticiamente, ¿darnos miedo? ¿Confundirnos?. ¿Porqué Paulette ocupó tanto espacio en los medios, acorralando a la Procuraduría mexiquense a atropellarse en sus carreras por desenfadarse del asunto? ¿A quien se pretendía dañar o beneficiar con esta telenovela? ¿ qué sucedió atrás de este caso mientras abobados, todos veíamos el televisor y los periódicos?