28.7.09

Chiapas con Destino Verde

A Jorge Constantino Kanter, por su lucha desde hace décadas en la reforestación


Chiapas es el segundo estado de México con una biodiversidad rica en especies de flora y fauna, que han sido uno de sus principales cualidades naturales y cuya riqueza preocupa a muchos sectores en el mundo.

Su topografía rugosa -que va desde los valles al nivel del mar hasta escarpados que rebasan los 3 mil metros-, permite climas y ecosistemas semi secos hasta de aquello de gran humedad. Y en razón ello su megadiversidad. Pero, en contraste con esta riqueza, Chiapas es un estado vulnerable por los altos índices de pobreza y de marginación. Muchos de los pueblos chiapanecos que habitan en una pobreza extrema que los ancla al pasado, tienen ahora un factor de adversidad adicional: los efectos deplorables del cambio climático y sus consecuencias lamentables.
Muchos de los conflictos derivados de la pobreza en Chiapas han sido atribuidos a causas diversas, pero, en la mayoría de los casos, se ha desestimado la deforestación como una causa importante de la misma, y extraordinariamente hay quienes desestiman el cambio climático como un tema toral. Menos es considerado como un factor importante, cuando se diseñan mecanismo de solución a los lastres de la pobreza extrema.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza International, conocida como IUCN, por sus siglas en inglés, ha expresado en informe reciente, que algunas de las áreas que más riesgo corren con el calentamiento global en América Latina, son al mismo tiempo, áreas de gran vulnerabilidad humana, porque son habitadas en su mayoría por comunidades indígenas, las cuales han sido empujadas a habitar en regiones marginales de las planicies más adecuadas para el cultivo y la ganadería.

Con base en sus estudios, la IUCN ha confirmado que El 80% de los bosques del mundo están en zonas habitadas por pueblos indígenas. Por ello el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, promueve que los mecanismos de respuesta al cambio climático, considere este factor, toda vez que estas comunidades, exigen una consideración más profunda por su complejidad, cuando se diseñen sus estrategias de fortalecimiento social.

En Chiapas como en Centroamérica existe otro problema adicional: la exposición a fenómenos climáticos extremos, como los huracanes que se originan en el Caribe y dejan sentir con intensidad su paso por las zonas montañosas chiapanecas. Con lluvias intensas en menor tiempo, dejan como secuela inmediata, una erosión agresiva y el empobrecimiento de la tierra. Por lo que, aparte de los efectos destructores de infraestructura de comunicaciones y de hogares, los huracanes dejan estragos de largo efecto que retrasan el mejoramiento en las condiciones de vida de muchos pueblos indígenas o de vocación agropecuaria, porque ahora, deben trabajar en tierras con poca fertilidad.

Esta condición obliga campesinos a talar más bosques para mantener su vocación de sembradores de maíz y frijol y con ello, se crea un círculo de destrucción que amenaza la sustentabilidad forestal, agrícola, pecuaria, y económica, y consecuentemente establece las condiciones para la emigración de muchos chiapanecos a otros lares de México, o del vecino país del norte

Ante la demanda constante de científicos y sectores académicos de la sociedad, el gobernador del Estado, Juan Sabines Guerrero, impulsó en diciembre de 2006, la creación de la Comisión Forestal Sustentable para impulsar y conducir una política forestal que asentara las bases para devolver a Chiapas su anterior masa forestal que tanto elogios le ha valido.

Esta Comisión reconocida institucionalmente como COFOSECH, se dio a la tarea de construir una política forestal basada en principios de pertinencia, considerando la reconversión productiva forestal(o reforestación con visos de establecer una economía a partir de los recursos forestales), con un papel estratégico del impulso y fomento de una economía que coadyuvara con los campesino y sectores organizados de la silvicultura, no solo en la tareas de reforestación, sino también en la generación de empleos y en el mejoramiento del ingreso de la sociedad que habita en el sector rural.

Actualmente, la COFOSECH dispone de un presupuesto estatal de 35.8 millones de pesos y ha logrado convenir con la Federación la aplicación de 228 millones de pesos, a través del programa PROARBOL, teniendo como resultado que en el 2007 la superficie reforestada superara las 18 mil hectáreas y el año pasado se alcanzara una cifra record en la historia de Chiapas, al reforestarse casi 36 mil hectáreas.


Este año, la capacidad instalada y los recursos de apoyo permitirán reforestar más de 23 mil hectáreas con cerca de 20 millones de plantas con un plus adicional: la coordinación interinstitucional de verificación forestal aumentará las expectativas de sobrevivencia de los árboles plantados, y dará sentido al esfuerzo en el que muchos chiapanecos participan para devolver a Chiapas su riqueza en biodiversidad y en oportunidades de desarrollo.
Datos proporcionados por la COFOSECH.


La reforestación en Chiapas está caminando, y se logra con la unión de esfuerzos entre la sociedad y el gobierno. Esta expresión es cierta y franca, porque si bien el gobierno genera millones de plantas en diversos viveros, las distribuye gratuitamente y da un incentivo económico a campesinos y silvicultores, son estos último los que se dan a la tarea de sembrar, distribuir su siembra y cuidar que las plantas se conviertan mañana en masa forestal.

El paso dado en los últimos tres años es tan determinante que, de seguir en este impulso en breve, se recuperará de manera sostenida, la tierra del jaguar y la casa del quetzal. Dos símbolos chiapanecos que reflejan nuestra cosmovisión prehispánica, basada en el aprecio de nuestros recursos naturales. Falta aún por llegar a ese estadio, pero con el esfuerzo de todos, la vida armónica en nuestro estado puede tener destino cierto.