10.8.09

Rio Sabinal. Una ofensa de los chiapanecos



Llegué a Tuxtla Gutiérrez en agosto de 1979 y la ciudad era un remanso provinciano de escasos 80 mil habitantes. Hoy esa población se multiplica por diez. Tuxtla Gutiérrez y Terán eran dos poblaciones separadas. La mancha urbana alcanzaba cuando mucho la octava norte con excepciones de colonias como el Mirador y la carretera al municipio de Chiapa de Corzo era una ruta tortuosa de una doble vía, en la que no se podía rebasar y hacer el regreso del balneario de Cahuaré a Tuxtla, en aquellas tardes de calor, obligaba a armarse de paciencia por la lentitud de una larga fila de autos.

El famoso Zoológico tuxtleco estaba en donde ahora está el Teatro Emilio Rabasa. La zona de tolerancia se ubicaba junto a la iglesia de San Francisco y el Cine Chiapas, Vistarama, Alameda y Rex, nos colocaban ente el viejo formato de este negocio: Salas enormes, Dos películas y permanencia voluntaria por un solo boleto. En Tuxtla Gutiérrez había un clima templado desde diciembre hasta marzo, y en ocasiones era necesario cubrirse con un suéter o chamarra ligera, porque el frío era serio. Vaya, Había frio.

Y desde esa época se decía del rio Sabinal que era el rio Nilo: ¡Ni lo huelan porque apesta! independiente de la nota chusca el rio Sabinal tenía un problema serio de contaminación de descarga de drenajes de los habitantes que estaban en las márgenes. Si bien en la década de los noventa tuvo épocas de limpieza que nos permitía apreciar un arroyo limpio, hoy el Sabinal está nuevamente en las mismas condiciones en que yo lo encontré hace 30 años.

En la conmemoración de los 100 de Tuxtla Gutiérrez como capital del estado de Chiapas(1992), se editaron viejo planos centenarios en los que se puede apreciar la dimensión pequeña de Tuxtla: Las ultimas calles de este a oeste eran la 9a. Oriente y la 9a. Poniente. Por el lado sur las últimas casas llegaban hasta la 9a Sur y por el norte no se podía ampliar hasta la cuarta norte debido a que ahí se encontraba el Río Sabinal, el cual era muy importante y durante todo el año tenía corriente.

Hasta la década de los 50s era un río bonito porque en sus orillas había muchos árboles, entre los cuales estaban los Sabinos, de donde toma su nombre. El río era un centro de recreación de donde se obtenía agua limpia para el consumo doméstico y éste crecía en la época de lluvias desbordándose y provocando grandes inundaciones en 1952, 1963 y 1974.

Sin embargo el proceso de agotamiento del agua comenzó con el crecimiento explosivo de la ciudad a partir de las edificaciones de presas en el Estado. Mucha gente de fuera comenzó a asentarse en la capital chiapaneca. Pero fue especialmente la construcción de la presa Chicoasen que trajo a la capital, a miles de pobladores de otros lados del país cuando la inmigración a Tuxtla Gutiérrez, adquirió matices serios. La ciudad creció rápidamente y se pobló la zona norte que estaba al lado del río, por ser zona menos cara que el sur. Con ello se generó una demanda mayor de agua de la prevista por los gobierno municipales y para satisfacer la demanda se realizaron sondeos físicos, edificación de norias y posos artesianos en los márgenes del aún rio; la deforestación de las arboledas que rodeaban al río comenzó, hasta reducir la corriente y el cauce, al punto en que ahora lo conocemos.



La población en crecimiento liberó también su drenaje al afluente por ser lo más cómodo y el crecimiento de estos efectos fue tan rápido y abundante, que los gobierno municipales de periodos de tres años, no les alcanzaron ni los tiempos y menos la voluntad, para resolver la reducción de cause y la contaminación, al grado tal, que mejor fue ignorar el problema que resolverlo.

Muchos de la habitantes que están en las márgenes del Rio Sabinal han solicitado por años la solución del problema y a pesar de discursos y promesas de panistas, priístas y perredistas, el Sabinal sigue como en la década de los 70s, del siglo pasado siendo un arrollo de aguas cloacales con las sabidas notas de infección para la población y especialmente, para dejar en claro que no nos preocupa y que su contaminación ofende la inteligencia de y la conciencia de quienes habitamos en la capital de Chiapas.

Hay esfuerzos recientes de organizaciones como la mexicana Haces Falta que ha expresado a través de Karina Corzo Moreno (kcorzo@tnc.org) la constitución de un “Patronato para el rescate sustentable para la conservación del Río Sabinal”(aclaro que las comillas están en el comunicado, no es una ironía de mi parte) y expresa el mismo comunicado que este Patronato está formado por ciudadanos interesados en resolver este problema.

A pesar de lo grave de la problemática ya que implica un arduo trabajo de concientización, trabajo con diferentes niveles de Gobierno y con la misma población, el trabajo del patronato ha sido muy exitoso, se trabaja en campañas de limpieza, reforestación y reubicación de las comunidades asentadas en los márgenes, es un trabajo muy difícil, pero gracias a la buena voluntad se está avanzando.


A juicio del mismo Patronato el trabajo realizado ha sido muy exitoso por la integración plural de representantes de diferentes sectores de la ciudad, entre ellos, comerciantes, quienes se preocupan por el mal aspecto de la ciudad, lo que origina bajas ventas de sus productos y servicios.

Por su parte, Flor Coello Trejo, presidenta del la Comisión del Medio Ambiente en el Cabildo de Tuxtla Gutiérrez, dijo que se necesitará cerca de una década para concretar el regreso de las aguas limpias al Sabinal y que existe un el ambicioso proyecto del saneamiento en el que participan además del gobierno municipal, el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) y autoridades federales y estatales como la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la Secretaría de Medio Ambiente y Vivienda (Semavi), entre otras:



Asímismo, comentó que el proyecto no sólo involucrará al municipio de Tuxtla Gutiérrez, sino a los demás municipios a de San Fernando, Chiapa de Corzo, Berriozábal, para aplicar un saneamiento integral. E incluso dijo que el proceso necesitará de entre nueve y diez años para ver nuevamente un "río navegable", ya que durante más de cinco décadas los daños al Sabinal han sido importantes.

No quisiera polemizar al respecto, pero no creo que el Sabinal sea navegable por sí. Ni estimo prudente parecernos a San Antonio Texas, sin haber cumplido con una meta mas económica y más pertinente, que la de contar con un arroyo limpio, controlable en época de huracanes, y que permita recrear su entorno natural de flora y fauna.
Las metas que han estimado, organizaciones, gobierno y ciudadanos tienen fines muy legítimos y harto valederos. Se enfocan en el aspecto de la limpieza y el saneamiento y buscan sanear y hasta hermosear al rio tuxtleco. Desde cualquier perspectiva cualquier esfuerzo para limpiar y reivindicar el estado natural del Rio Sabinal vale, más estimo pertinente decir, que amén de estos esfuerzos, se debe alimentar una conciencia ambiental en los habitantes chiapanecos para que respeten los cauces de vida que son los ríos.

En Chiapas existen más ríos y arroyos que en la mayor parte del territorio mexicano y es lamentable que no exista una conciencia ciudadanía de respeto a estos afluentes en donde bulle la vida de peces, reptiles, crustáceos, insectos, microorganismos, y de una amplia variedad de plantas y árboles.

Cada rio de Chiapas tiene cargas de contaminación de aguas residuales, que atentan contra la vida y dejan en mal lugar a la inteligencia de los pobladores. Sociedad y gobierno, no hemos sido capaces de defender el bien común, preocupados -cada quien por su lado- de proteger los intereses individuales.

Mientras unos se deshacen de su drenaje, otros beben aún de esa agua. Mientras la mayoría, solo contempla como nuestros antiguos hermosos ríos hoy son la advertencia más tangible del futuro hacia donde vamos, los demás hablamos, decimos y proponemos, pero no somos capaces de ponernos acuerdo entre todos para entender y respetar el significado de la vida, contenida en un río.