15.12.11

Extrema estupidez de Yassir, alcalde tuxtleco.

de Alvaro Robles, el Lunes, 12 de diciembre de 2011 a la(s) 8:59








A falta de talento, la mediocracia labra y esculpe a portentos de hombres y mujeres, que sin esta herramienta, no pasarían de pericos verdes. Como lo que son.



Cuando uno ve los comerciales del primer informe del chamaco Yassir Vázquez, mal gerente de nuestra capital, nota uno que están cargados de una noción mentirosa y de paso grotesca, de lo bien que estamos. Seguro que las neuronas de su responsable de comunicación social, son escasas. Porque debería haber privado en ese interés triunfalista, la ecuanimidad y ver que la ciudad, por donde se le vea está mal. Hay que informar pero hacerlo en un sentido serio y formal. No tratarnos como chiapanecos de segunda…aunque lo seamos.



Estas líneas No tratan un ejercicio de denuesto en contra de una persona a quien ni conozco y nunca he tenido un solo problema con él. Ni espero tampoco beneficio personal, sino más bien un beneficio de carácter social, como lo espera cualquier hijo de vecino. He vivido 32 años en Tuxtla y he conocido en un acto de consciencia formal, como ha evolucionado la ciudad. Vi el proceso de amalgama con Terán y como pasó de tener un delicado sabor de provincia, -hasta la llegada del padre del actual gobernador- a ser un símil de la colonia Narvarte del DF y a convertirse paulatinamente en una plasta fea, sin modernidad, sin arquitectura vernácula y totalmente despersonalizada.



Tuxtla Gutiérrez ha sufrido el embate de pillos, mentecatas, flojos, bolos, poetas y pelmazos. Durante tres décadas ha estado bien, así a secas. Pero nunca había estado en las terribles condiciones que ahora. Nunca en un periodo tan corto, el agua, la falta de un plan de contingencias y la conducción de una grey de superficiales habían minado la imagen de la capital.



No se trata de una percepción personalizada, sino de una realidad que asusta. El daño que este gobierno le ha infligido a nuestra querida ciudad, no será reparable en muchos años. El paso del novato Yassir por el gobierno municipal de la capital es considerado -con al menos una centena de taxistas a quienes no conozco, pero que he ocupado sus servicios en los últimos seis meses- como el peor de todos. No he encontrado ningún ciudadano que diga lo contrario y si usted, amable lector conoce uno, mándeme sus datos, quisiera conocerlo.



No era de esperarse que fuera además de otra manera. Este jovencito nunca pretendió la política. Ella lo alcanzó por una serie de eventos afortunados para él y terriblemente desafortunados para más de medio millón de tuxtlecos. Su paso por el gobierno municipal ha estado marcado por una terrible forma de comunicarse con los medios. No solo por estar acéfala el área de comunicación social, desde el inicio de gestión (y no me refiero a que nadie cobre como directora de comunicación social, sino que no hay la menor inteligencia que revele cabeza) incluso entre sus asesores, no hay el mínimo sentido de sensatez que le puedan decir:… presidente es llamar tontos a los capitalinos cuando festejamos que este paisaje lunar (por los cráteres) es la mejor capital del sureste.



Cuando rendía su informe el pobre jovenzuelo erraba, leía peor que la profe Elba Esther, que ya es mucho decir, y su esposa nerviosa, trataba de explicarle a la señora Isabel, esposa del gobernador, que su pobre marido estaba nervioso. Yo en su lugar estaría igual. Expuesto a que algún valiente lo increpe y agreda por todo el daño hecho. Pero el mozuelo Yassir en su brutal inconsciencia, se aguantaba. El jovencito se desgañitaba tratando de parecer adulto y de mostrarse con tablas, pero salvo su ropa, todo lo demás decía lo contrario. Pobre, es cuando mucho el hijo de su papá.



Ahora nos revientan el humor con comerciales estupendamente hechos para una ciudad como Estocolmo donde todo funciona y le gente realmente le importa a los gobernantes. Es insultante. Una verdadera falta de respeto que este imberbe y su equipito de reprobados en servicio público, pretender engañarnos con estos comerciales. Son unos verdaderos patanes al creer que nos vamos a tragar ese cuento de que en Tuxtla estamos muy bien.



El insulto comienza con ese cabildo obeso, lento, abúlico y agachón, que no hace más que cobrar, sentirse importantes y legitimar un gobierno malo y de resultados peores. Lo continúan todo los demás cobradores de quincena que ostentan cargo en la peor administración del último cuarto de siglo.



Entendemos que tienen que informar, mas, deberían hacerlo responsablemente. ¿Recuerda usted Egidio Torre Cantú, el que sustituyó a su hermano asesinado y que era el virtual gobernador de Tamaulipas? Ese estado tan sacudido por la violencia que no tuvieron empacho, a escasos días de los comicios, en asesinar al candidato casi ganador. Pues ahí tiene al igual que todas las demarcaciones políticas del país, la obligación de informar a la ciudadanía y resulta que don Egidio hizo unos promocionales que eran capaces de provocar la lágrima, por el enorme cuidado con el que mostraron a un hombre viejo y honesto al frente del gobierno de ese estado. Hizo promocionales con signo de humildad y su decir fue exclusivamente: que iba a informar lo que había hecho por Tamaulipas. Solo eso. Nada más.



La opinión favorable para ese personaje norteño y franco creció. Su promoción es tan agradable porque es humilde, sencilla y se antoja franca. Eso es lo que queremos los mexicanos. Que nos hablen francamente. Que ya dejen de mentirnos y sobretodo que nuestra inteligencia les merezca respeto. Si el barbilampiño de Yassir, nos hubiera dicho lo que verdaderamente hizo, sin triunfalismos, no creo que recibiera aplausos, pero tendría nuestro respeto.



Solo vea, esto dice su informe: tenemos una mejor ciudad para una vida mejor… ¿usted cree francamente que tenemos una mejor ciudad? Luego dice el infante: El centro de cualquier ciudad del mundo es su corazón y alma, éste representa la zona en la que tradicionalmente interactúan todos los grupos sociales y donde sus habitantes encuentran una gran variedad de opciones para cultivarse, comer, entretenerse, obtener y prestar servicios... mmm, ¿deveras? ¿Y eso lo pensó el solo o le ayudó su jefe de comunicación social?



Pero luego le sale lo zo…que: gracias al decidido apoyo del Gobierno Estatal y la comprensión de la ciudadanía en general, se realiza la obra más ambiciosa para cambiar el rostro de nuestra ciudad con el programa ¡Qué Viva el Centro! en el que se invierten 210 millones de pesos, de los cuales el gobierno estatal aportó 100 millones de pesos y nosotros 110 millones de pesos, obtenidos vía financiamiento Banobras (gulp…sigue la deuda).



Chiste aparte la ciudad se ha vuelto caótica con el desorden de la obras, las demás calles que están llenas de hoyos, las obras de cambios de tuberías y porque no existe un plan de desarrollo urbano. Aunque digan que si, lo hechos dicen que no.



Se atrevieron a levantar el concreto de alrededor de 25 centímetros de espesor, que estaba en buenas condiciones para cambiarlo por uno de menor grosor, que por simple lógica, no te tendrá la resistencia del que sacaron. Esto por cierto fue un negociazo, que benefició al pillo José Camacho, hermano del Posol chiapacorceño, exalcalde de su pueblo; a su déspota esposa amiga de la esposa del niño Yassir y quien amarró la transa de regalar a José el material de las anteriores calles, que se retrituró y se vendió a precio de oro a los tuxtlecos. El padre de los angelitos Camacho es Ricardo Camacho, otro personaje recordadísimo por sus tranzas en el sindicato del UNACH…que bonita familia.



Volviendo al tema: sin la más mínima planeación encargaron un diseñito ñoño para invertir los 110 millones que el ayuntamiento NO tenía. ¿Se imagina usted en qué cabeza cabe? No tengo dinero pero voy a dejar a mi familia embargada porque quiero cambiar mi casa, que no está mal, solo quiero aprovechar que el banco me da dinero para hacerlo y como yo no lo voy a pagar, pues lo hago. Luego lo presumiré como una gran ocurrencia a mis mensos parientes que se quedarán pagando. ¿Qué tal?



Y lo que más ofende es que, lejos de ayudar, el centro será más complicado. No hay una planeación estratégica. Mientras en las demás ciudades del país, están comprando manzanas o partes de las manzanas para hacer las avenidas más amplias y desahogar el complicado tráfico, en Chiapas como siempre vamos al revés. Acá y con el ánimo de que el chaval salga sonriente en las fotos, gastan estúpidamente un dinero que de paso es prestado y lo pagaremos quienes no estuvimos de acuerdo con este negocio fraudulento.



La verdadera herencia de Yassir



En Tuxtla no ha habido la cortesía al manejar, gracias entre otras cosas, a los combieros y taxistas, que locos del calor, siempre quieren pasar antes que los demás “mensos” que respetan las filas. Pero de algún tiempo comenzábamos a dejar pasar a otros y darle el paso a los peatones. Nos llevó décadas llegar a ese punto. Con las condiciones de la ciudad, esa cortesía se fue al caño, porque ahora todos quieren llegar a donde van y se desesperan de la bachística ¿o yassirística? Ciudad y ya no quieren ceder el paso. Gracias Yassir…esa es tu verdadera herencia.