20.9.10

Supercarretera Ocozocoautla- Las Choapas (jajajaja…)

En el año de 1990 cuando, en un auditorio del Museo Regional de Tuxtla Gutiérrez, La SCT vino a plantear la urgente construcción de la autopista de Tuxtla a la ciudad de México, con un trazo casi igual de largo que el que existía vía La Ventosa, pero más recto. El argumento era que este trazo tenía menos curvas y una mejor disposición de elevaciones. Al final habló Patrocinio González y dijo: No. Según él la ruta estaba mal y que la nueva autopista debía atravesar dos reservas naturales para hacer más corto el tramo, y para tener posibilidad de observar y cuidar las biosferas. Con ello, dijo, se logra principalmente lo que pretende una autopista: recortar el tiempo y la distancia en un recorrido.

Inmediatamente inició un ruidoso murmullo que acusaba a Patrocinio como un imbécil inconsciente que no amaba al medio ambiente. Patrocinio terminó de escuchar el murmullo y dijo: Noto que no es autorizada mi perspectiva con respecto a la protección de medio ambiente, entonces les pido que escuchen a alguien que sabe. Señaló hacia el público y se puso de pie Don Miguel Álvarez del Toro, que con el peso de 40 años de experiencia en protección del medio ambiente chiapaneco, les dijo eufemísticamente a los de la SCT: Que eran unos pendejos ladrones, que pretendían embolsarse millones de pesos con el trazo por demás estúpido. Obviamente no se hizo nada.

En esa época, llegar a la ciudad de México obligaba casi 18 horas por la vía de La Ventosa. Luego en 1998, Albores Guillén comenzó a trabajar sobre una nueva ruta, su trazo ladeó levemente una de las reservas y con un trazo de 189 km recortó el tramo a México por casi 200 kilómetros, lo cual redundó en un ahorro sustancial de tiempo por la amabilidad del trazo. Pero no le alcanzó el tiempo, llegó el indecible Pablo Salazar y le dejó a éste, el fidecomiso para concluir los puentes que permitían el uso de la nueva supercarretera, que no autopista. Pablo Salazar en lugar de avanzar con ese proceso y por su odio (de irresponsabilidad estúpida) hacia Albores retrasó 5 años la conclusión de la supercarretera (diciembre de 2005). Con su apertura muchos descubrimos que la nueva vía ya tenía hoyos y daños por el abandono. Sin embargo era un alivio ir al centro del país en cerca de 10 horas en automóvil o 12 de autobús.

De esa época a la fecha, esa carretera ha acumulado una cantidad de baches increíbles que ha tornado la vía tortuosa e infame. Cada año se invierten cerca de 200 millones para mantenerla “transitable” y cada año que pasa la vía está peor.
En el mes de enero de 2007, el gobierno de Chiapas organizó una reunión interinstitucional para coordinar los esfuerzos y agilizar las obras de reconstrucción y mantenimiento de la supervía, con el fin de mejorar su servicio y activar la afluencia de usuarios. El argumento era que, las malas condiciones en las que se encuentra la carretera, ocasionaban gastos onerosos a la industria, el comercio, el transporte y al sector turístico, por la demora y la peligrosidad que ya acusaba la vía. Amén de accidentes automovilísticos y asaltos, que comenzaron a registrarse desde su apertura.

A pesar de los esfuerzos que se habían realizado por parte del gobierno del estado, la federación mantuvo su paso lento y tortuoso para la liberación de recursos, para el mantenimiento y reconstrucción de algunos tramos carreteros severamente dañados, por fenómenos climáticos de esta importante arteria.
Desde el 2008 y parte del 2009, los comerciantes y agremiados a la industria del turismo, comenzaron a poner mantas en sus negocios instando a la autoridades federales invertir en la reparación de la carretera. Con base en ello, en marzo del año pasado María Elena Orantes, Senadora, se quejaba en el pleno del Senado sobre la falta de atención de la federación al respecto:
“Este año se aplicarán alrededor de mil 991 millones de pesos para el mantenimiento, conservación y modernización de diversas carreteras en el estado de Chiapas, de los cuales 240 millones de pesos serán aplicados para la reconstrucción del 80% de la autopista Ocozocoautla-las Choapas. Sin embargo, los recursos, como en muchos otros proyectos de infraestructura mexicana, se encuentran a la espera de ser liberados por la Secretaría de Hacienda. Parece increíble que el plan anticrisis del Presidente Calderón esté detenido por la burocracia hacendaria.” Ni caso le hicieron.

En este año, 2010, en supervisión que hiciera un colega de un diario local, recogió esta declaración de un camionero: "la autopista está destrozada desde hace años que pasamos y el problema sigue igual. Creo que el problema se encuentra en que la parchan mucho y no utilizan el material adecuado",

Una turista neolonesa, Alejandra Saucedo, dijo apenas el mes pasado: "está muy deteriorada la carretera, no hay la seguridad suficiente que garantice llegar al estado de Chiapas para poder disfrutar de su naturaleza”

Para acabarla, las lluvias recientes provocaron dos derrumbes, el primero sobre el kilómetro 147, donde se vio obstaculizada la vía en su totalidad, provocando la reapertura derruyendo un cerro y varios tramos se quedaron con un solo carril.
Con eso en contra, el gerente de CAPUFE en Chiapas, César Rodríguez Cal y Mayor, informó que “la vía estaba bien y que, incluso, en los tramos en reparación donde se registraron un deslaves se sigue trabajando”. Noten el juicio nublado de este funcionario.

Pero el extremo de la nota es que, durante un viaje reciente a la ciudad de México pude constatar la oprobiosa condición de esta arteria federal y lo lamentable es que de alguna forma, no sé cómo, la parte más afectada es la que corresponde a Chiapas. No quisiera abrir una vena de cizaña, pero basta ver el trazo de casi 200 kilómetros que hay, y darse cuenta que la parte de Chiapas es la más dañada. A las pruebas me remito.

Lo único que lamento es que hemos retornado a hace 20 años. Cuando ir a México requería cerca de 18 horas. Gandhi decía que un buen líder debe viajar en los vagones de segunda del tren, para escuchar que dice su grey. En Chiapas nadie viaja en carretera y están más preocupados de llevarnos a Houston en viaje directo, que en re encarpetar una vía utilizada por nosotros: Los chiapanecos de segunda.