23.3.11

A propósito de los 100 años de "celebrar a la mujer"

Mujeres. Amén de la discriminación, de la cultura del odio hacia las mujeres – misoginia – hoy el tema global a partir de los conceptos de renta básica, es el aspecto salarial el que genera más controversia cuando se discute respecto a las desigualdades que enfrentan las mujeres, en el campo laboral y por ende social. Las cifras oficiales muestran que ellas ganan un 33% o menos que los hombres, aun desempeñándose en cargos similares, y de acuerdo con informes elaborados por instancias de estadísticas y organismos ciudadanos que actúan como observatorios, la brecha salarial varía de acuerdo al grupo ocupacional y al género, siendo más alta para el personal directivo donde la diferencia alcanza hasta un 40%.



En Chiapas, en donde se habla del empoderamiento de la mujer como un logro, no puede ser más que discurso político que busca atraerse loas excesivas, pues aunque este gobierno ha hecho más que cualquiera otro, no ha logrado el empoderamiento, ni el decreto resuelve de un plumazo, siglos de cultura de discriminación, en donde incluso las mujeres perpetúan modelos que van en contra de ellas mismas.




Para empezar, en la instancia pública dedicada a este grave concepto del empoderamiento de la mujer ubican a una chica fresa, que desconoce el concepto social de la equidad de género, pues aunque sea una chica de ideas modernas no ha bregado en la corriente de mujeres que han dejado el pellejo defendiendo a indígenas, mujeres pobres, marginadas o violentadas sistemáticamente, y no es de las que disponen de un bagaje especializado al respecto. Vaya, no sabe siquiera que es la Renta Básica ni conoce a Marcela Lagarde, ni ha atendido a una campesina que llega moqueando sangre por tener un marido patán y pendejo. Alejandra Peralta es una pieza de la actual coyuntura política y en su brutal inseguridad sobre el tema, o más bien, agradecida de la chuleta que le dan como secretaria, dobla la cerviz y deja que le impongan una sarta de niños pendejos e ignorantes como subsecretarios, construyendo la paradoja de la Secretaría de la mujer: atendida por hombres y de paso igual que ella, fresas e ignaros del tema. Valiente Secretaría.




Pero volviendo a la seriedad del tema, algunos expertos afirman que lo económico es toral en la equidad de género, al considerar a las actuales sociedades como la base de las convenciones globales de una economía que ciñe al desarrollo de los pueblos y afecta temas como el democracia, desarrollo social, igualdad, equidad, preservación de medio ambiente y cultura al alcance de todos, entre otros temas. En particular y para el caso de las mujeres, la economía incide drásticamente en el tamaño de la libertad de los hombres, pero en el caso de la mujeres no solo incide, es definitivo. Una mujer que gane dinero justo por sus labores tiene una libertad mayor que aquellas que realiza tareas de 18 horas diarias en su hogar, sin recibir la paga que merece por ello. La segunda está confinada a su casa y las condiciones que imponga el dador de paga. Ella no tiene libertad porque no tiene más opción que la de aceptar lo que le dé su esposo, técnicamente su dueño. Y si éste le da poca paga, ella no puede hacer más que reinventarse en un área limitadísima; si él la golpea, ella no puede largarse fácilmente por no dispone de pasta para la libertad – dinero propio en la bolsa – si él la denigra o la soslaya en la toma de decisiones, ella solo puede hacer valer su derecho a callar y mientras eso sucede en un número amplio de hogares chiapanecos, “las convenciones sociales” ven con normalidad que la mujer sea “sutilmente” discriminada y si ella agradece los mendrugos y los golpes de los patanes, y se gana una estrellita en la frente que le impone la “buena sociedad”: por ser conforme y “hacerla” una buena mujer ¿nota la trampa?.





En países europeos la renta básica es el concepto que se ha afinado desde la revolución industrial, la ilustración y la filosofía moderna que supone las condiciones de vida digna que merece cualquier ciudadano y que el Estado debe garantizarle. Comenzando con el derecho a la vida libre, la salud, educación, seguridad pública, etc, etc, y mientras en lugares como Suecia y Alemania hay derechos a supercarreteras libres de peaje e internet gratis en todo su territorio y servicios de salud gratuitos, que consideran la disposición -las 24 horas del día- de aviones ambulancia, con especialistas para rescatar a cualquier ciudadano que enfrente una crisis en cualquier parte del mundo – como ahora que el gobierno sueco tiene instalaciones médicas gratuitas en Japón para sus ciudadanos y aviones para que puedan regresar a su patria sin problemas – acá en Chiapas no solo nuestra renta básica no incluye servicios especializados del gobierno, sino que aún no hemos resuelto asuntos como la discriminación hacia las mujeres. Aunque el gobierno ya celebre con harto anuncio publicitario.



En Chiapas es muy común en el mercado laboral que las mujeres puedan negociar para otros y no en nombre de ellas, por estar condicionadas culturalmente a pensar en ellas hasta el final y la mayoría no entiende que ciertamente hay diferencias propias del género, pero que de ninguna forma responden a una falta de capacidad o cualidades de intelecto para enfrentar una negociación, que la pueda hacer en primera persona. Pero no se extrañan por que las mujeres primero defienden a otros, antes que a si mismas. Es decir la marginación pesa en Chiapas de una forma palpable y no se abroga por decreto y menos de forma superficial. Para cambiar se debe comenzar con los niños que hoy van a la escuela, con un amplio programa de endo-culturización permanente sobre la igualdad de géneros y no tratar de poner curitas en las bocas reventadas de “buenas” mujeres, víctimas de golpes de sus aplicados maridos, para luego echarse porras acerca de lo “bien” que estamos.



Sólo en el gobierno de Chiapas, que tiene escasísimas mujeres en puestos de dirección se percibe que contratar a una mujer en edad fértil o con hijos pequeños, es complicado y tiene un costo alto (Cuando los hombres tratan como una igual a sus compañeras, suponen que éstas no deben rechazar obligaciones o responsabilidades justificándose con los hijos, porque entonces se estaría pidiendo una discriminación positiva ¿Qué tal eh?) Pero lo peor de ello, es que muchas mujeres comparten ese criterio que, paradójicamente valida estas desigualdades. Ya no digamos lo que pasa en oficinas oscuras o en la IP.



Misoginia en el Juzgado federal

Séptimo de Distrito



Un botón de muestra. En los Juzgados de Distrito y tribunales de circuito existen prácticas misóginas, arbitrarias, machistas, sexistas y que lesionan los derechos de las mujeres. Me refiero explícitamente al detestable sujeto que se desempeña como Juez séptimo de Distrito en el estado, Héctor Ruiz Palma, hijo del Magistrado Homero Ruiz Velázquez, que obliga a su personal femenino a asistir a sus borracheras hasta altas horas de la madrugada, bajo la amenaza que de no asistir, les harán trabajar más horas de las permitidas por la ley, las saturarán de trabajo o no les permitirán acceder a un mejor puesto. Es infamante incluso que las obliguen a solicitar su licencia sin goce de sueldo, como ocurrió con Agripina Ugalde, quien es madre soltera, para acomodar a sus familiares de apellidos Cruz Domínguez. ¿Quiere otro botón? se llevó a cabo la tradicional fiesta navideña a la cual acudió el personal que trabaja en ese lugar, además de las jóvenes abogadas que están como meritorias. Como es sabido se realizan rifas para entregar regalos al personal y cuando tocó el turno de que estas jóvenes meritorias recibieran su obsequio, el dipsómano éste les exigió que “hicieran una pasarela” para que todos los varones pudieran apreciar, los encantos de estas jóvenes. Usted dirá, ¿para qué lo hacen? ¡ ellas tienen la culpa! Permítame decirle que no. Ellas se sienten obligadas. Imagínese el panorama: salen de la carrera, no encentran trabajo en torno a sus estudios ni en otro campo y no tienen otra oportunidad. Y cuando en este lugar atisban una leve luz que les permita salir del desempleo ¿qué hacen? Pues satisfacer los caprichos de este patán misógino, para llevar pan a casa. Jo,jó…Galán empoderamiento de la mujer



alvarorobles_@hotmail.com


.