11.5.11

Libre expresión y Pablo Salazar

El derecho a la libre expresión es uno de los aspectos más fundamentales de la sociedad actual, por la esencia que reviste la lucha para el respeto y promoción de todos los derechos humanos. Sin la habilidad de opinar libremente, de denunciar y de reclamar cambios, el hombre está condenado a la opresión.

El derecho a la libre expresión es uno de los más amenazados por gobiernos o grupos de Poder , tanto por gobiernos represores que quieren impedir cambios, como por grupos que quieren imponer su criterio, comercio o sesgo de la verdad. La lucha por la libertad de expresión nos corresponde a todos, ya que es la lucha por la libertad de expresar nuestro propio individualismo. Respetar la libertad de los demás a decir cualquier cosa, por más ofensiva que la consideremos, es respetar nuestra propia libertad de palabra.

Y ahora que se acerca el proceso electivo para el cambio del gobierno de Chiapas, en nuestro afán de mantener capillas ardientes de buenos y malos, se ha recuperado la violencia que despierta Pablo Salazar. La mayor parte de las plumas escriben por consigna y otro porque se llaman a ofensa personal contra el exgobernador.

Básicamente el conflicto se inicia hace una década con el diario Cuarto Poder donde distinguidas plumas como la de Víctor Carrillo Caloca, Roberto Domínguez Cortés, Miguel González Alonso y Mario Ksherato, hicieron un frente de lucha contra el exgobernador, que a su vez secó las fuentes de financiamiento de ese medio y que provocó además, a partir del reclamo de que usurpaba una cédula de ejercicio profesional (que le impedía facultades desempeñadas en el gobierno con antelación.) una lucha cruel e ilegal en contra de los dueños de esa casa editorial, llegando al exilio de un miembro y propiciando las condiciones para el suicidio de otro. Y luego vendría la ampliación del código penal para encarcelar a periodistas y la lucha de vencidas en las que perdió el exgobernador.

Lo extraordinario es que fue precisamente en esa época cuando el Cuarto poder brillaba por su trabajo periodístico y fue en esa época cuando la libertad de expresión – con todo y sus asegunes- tenía una vitalidad que hoy extrañamos los chiapanecos, cuando en todos los medios solo reconocen en el gobernador encomio y cuando el gabinete que a la sazón es de los más enanos y los legisladores han perdido altura de tanto inclinarse, hoy no podemos decir que nuestra libertad de expresión vibra de salud. Salvo algunos comunicadores la mayor parte solo ven las cosas buenas y resulta candorosamente extraña la forma de apreciar como la libertad de expresión puede ser inexistente, sin que nadie se llame a reclamo. ¿ habrá que celebrar eso también?