Con base en encuestas, la popularidad del joven senador Manuel Velasco es de un –nada deleznable- 33 por ciento en la preferencia electoral para alcanzar la gubernatura. Sus cerca de once años en la brega política chiapaneca le han dejado no solo fama, sino aprecio de un sector importante de los chiapanecos que ven en él a alguien dinámico, ágil e inteligente para imprimir un ritmo acelerado al tránsito de Chiapas a estadios mejores. Muchos ven en el güero Velasco la encarnación del candidato necesario y casi lo tienen como el gobernador que Chiapas necesita. No andan tan equivocados en verlo como el sucesor de su compadre Juan Sabines Guerrero.
Sin embargo hay quien se preocupa no por su juventud, sino por las veleidades que le son propias a la gente joven. Quienes reconocen del actual gobernador la capacidad de hundir en el ostracismo a quien discrepa y si insiste, mandarlo al bote, y reconocen del güerito, una incapacidad de resistir la discrepancia (no me consta, solo reproduzco las imágenes de personas que incluso aprecian al mozo político, y que las hacen hasta candorosamente) y el arrebato cuando alguien opina distinto. No me sorprende, he tenido la suerte de trabajar cerca de gente poderosa y esta actitud que me ocupa en este momento es casi la constante en casi todos los niveles. Con jóvenes y viejos, la intolerancia a quien discrepa resulta ser parte de nuestra “cultura política”. Si no lo cree, le sugiero que mire con atención cada acto del Peje o de Felipillo y verá que en su aparente donosura, hay una gran obsesión por señalar que su ruta es la idónea y ay de aquel que diga:… ¿oye pero no crees…? Para que volteen a verlo violentamente con ojos de pistola, obligándole a bajar el volumen de la voz y cerrar con un:..usted perdone, yo decía.
¿Recuerda usted a José Antonio Aguilar Bodegas? Era buen candidato, chambeador, incansable y empoderado hasta las canas y estuvo a punto de hacer la chica en 2006 cuando perdió contra un candidato impulsado por Pablo Salazar y que era esa principalmente una de las anclas que no le permitían avanzar. Josean por su parte representaba lo contrario. No era candidato de Pablo y esa era una de las grandes virtudes de su propuesta política. Sin embargo perdió y recuerdo las charlas de la época y los comentarios de políticos avezados y de nóveles temerarios que pretendían hacer un esfuerzo de definición para encuadrar las razones de su derrota. Todos coincidían en algo: Josean era intolerante y vengativo, una mezcla que resulta ingrata e infausta para quien pretende ser gobernador de un territorio como éste, el último estado de México, lleno de ciudadanos de segunda, que estamos hartos de sostener comenderos coloniales como dirigentes.
El actual gobernador mostraba por su parte no solo la juventud y la charla suave, sino que parecía a todas luces, persona tolerante y con gesto de indulgencia, con el que se animaba uno a hablar llanamente (…quien se iba a imaginar) y a pesar de su “padrino” terminamos dándole nuestro respaldo y de paso hasta nuestro voto. A la vuelta de cuatro años las cosas, con el reposo del tiempo, nos dan una imagen más diáfana y a los personajes les condensa lo que son.
Josean reunió a 250 políticos de todo el estado en el marco de un cumpleaños en San Cristóbal, en medio de la semana santa. Ahí estaba la crema y nata de polacos priístas cuyas heridas han cerrado, pero que inconscientemente se frotan las cicatrices tratando de no olvidar. No le pidieron al tapachulteco que fuera el candidato, sino que le exigieron y con la lágrimas asomando y gesto de amor profundo, la esposa de éste pudo constatar que lo quieren a su maridote. Pero el quid del asunto no es ese amor, ni que los priístas se alegren por la posibilidad de la revancha, sino el discurso de Josean. Pidió: … -guardar los tambores de guerra, -enfático repitió varias veces- …si lo hacemos, debemos dejar el rencor y el ánimo de venganza, eso no nos llevará a ningún lado y me parece que los chiapanecos tiene derecho a elegir y en 2006 eligieron. Ahora estamos en un proceso distinto y yo les pido que vayamos a hablarle hasta a los que nos ofendieron y a los que optaron por una fórmula distinta a la nuestra y construyamos con todos, un proceso que incluya a la mayoría de los chiapanecos… ¿que tal eh? Nooo, si los madrazos de la vida educan…jojó.
Lo cierto es que a partir de ahí la mayoría sintió el acicate de un destape formal y abierto, aún en el marco de una reunión de amigos, porque habrá que decirlo, fuimos invitados al cumpleaños de Juan Celedonio y el hecho de que podía llegar Josean a la taquiza, resultó ser razón suficiente para viajar a San Cristóbal en pleno festejo de la semana santa e ir a ver al desaparecido Josean. Este evento provocó reacciones en Palacio de gobierno; en oficinas del Senado y del viejo lobo Roberto Albores y sus corifeos, al extremo que inmediatamente ligaron a Josean con Pablo Salazar y le otorgaron la paternidad de esta intención al ex gobernador que ha sido calificado, como el “peor gobernador” con el ánimo de cerrarle el paso a este distinguido priísta, que puede ser merecedor de harto calificativo negativo, pero, que es innegable que no solo ha dejado que el gobierno de Sabines trabaje sin conflicto políticos, a diferencia del terrible “peje” que en ese afán a ultranza de venganza, ha denostado al gobierno y ha acendrado en el espíritu de millones ese sentimiento de jodidez sórdida y de incomplitud, que hunde a los mexicanos en etapas de adolescencia política. Josean por el contrario, se refiere al gobernador con respeto y con su actitud ha abonado a que este gobierno transite sin injerencias. Además ha dejado incluso, que su partido actúe con libertad de sus deseos.
¿Porque entonces inmediatamente que dijo: – ok le entro, los demonios se soltaron en su contra? Ahora hasta el viejo Roberto Albores y el actual gobierno impulsan acciones para que se le cierren las puertas en el PRI nacional ¿Por qué? Muchos con voz de sabios dicen que es natural, pero estimo que no tan natural, porque Jesús Orantes dijo lo mismo y Ernesto Gutiérrez y la gente de Yassir y la gente Jaime Valls y no han provocado tantas olas y lo que es más, a partir de esa declatoria, la senadora María Elena y el Güero Velasco han despertado de un letargo y ha reavivado sus campañas y pelean por ser los punteros. No me crea, pero sospecho que la violencia que ha provocado el destape de Josean se debe a que, sin que haya abierto la boca previamente y luego de cuatro años de estar alejado de la política está -de acuerdo a encuestas reconocidas y de las que el gobierno está igualmente enterado- empatado con el güerito Velasco, de acuerdo a encuestadoras nacionales.
Esa no es una razón menor y explica porque ahora todos los pretensos y quienes ostentan el poder tratan de impedir que Josean Aguilar Bodegas regrese a las andadas. Caballo que alcanza gana dice el dicho y éste sin hacer campaña ya está arriba en las encuestas, en los cafés y en el murmullo de los chiapanecos de segunda que aspiran a darle un cambio a doce años de un perredismo, al más puro estilo de priistas de los 60s del siglo pasado. Pero especialmente en el fondo muchos quieren sublimar en el triunfo de Josean, el ajuste de cuentas a quienes han usado el poder para medrar. Muchos quieren regresar para restregarle la fragilidad del arribismo de inexpertos en política, que hoy se conducen con aires de sultán decidiendo sobre haciendas y vidas.
En palacio de gobierno saben desde hace meses, no solo del peligro inminente que reviste una decisión de Josean para regresar a los fueros de política, sino de no tener flanqueada la salida, con la protección de un amigo que no los hunda en su ausencia. Ante el plano de que si Josean regresaba, el plan “B” era aparte de denostarlo para impedirle el retorno, buscar fuero para el actual gobernador y para ello hay dos posibilidades: la primera es asegurarse un escaño en el senado, que no resulta difícil y me parece lo mas asequible y la segunda es buscar la presidencia de la república, que se me hace un tantito más difícil, por varias razones pero especialmente porque lo difícil es conseguir el boleto para participar.
El gobernador Sabines Guerrero no podría por el PRI aunque Moreira ha dicho al más puro estilo pablista: – que vengan los que se fueron...por la llana razón de que no veo a Peña Nieto o Manlio Fabio, diciendo, – pásale Juan, nosotros vamos después. En el PAN como sugieren los “enterados”, ya veo a Creel o al secretario de educación diciendo, – pásale Juan…nosotros nos disciplinamos y ya veo a Josefina Vázquez Mota cediendo su espacio. Vázquez Mota aquella que dijo, NO a los panistas que habían pactado con el viejo Roberto Albores para que en 2006 se fuera como candidato panista, mientras el viejo se frotaba las manos en Chiapa de Corzo esperando el banderazo de salida, aquella chingona en campaña con Felipe Calderón, dijo No y con la aquiescencia del que sería Presidente, el tema se proscribió.
Y ahora se imagina que Ebrard o el Peje, cuando se enteren que Juan quiere, digan: – claro Juan, perdona que se nos ocurriera a nosotros buscar la candidatura del PRD-PT-Convergencia, pasa tú y perdónanos. Los corifeos del cachorro, dicen: es el gobernador más popular de México. Pues aunque lo sea – que lo dudo, pero todo puede suceder- eso no alcanza para llegar, porque recuerdo que hace dos años Humberto Moreira era el gobernador con la más alta calificación de popularidad en su estado y acá en Chiapas no lo conocíamos ni sabíamos cual era su nombre. Vaya, yo quisiera saber quien gobierna Colima, o Zacatecas o Aguascalientes y a reserva de que busque la información, no lo sé mientras escribo estas líneas y no me puedo imaginar como en el centro y el norte del País, la paisanada ha reparado en la publicidad que acá pega megapixel, a manos llenas, o como escuchan nuestras estaciones de radio o el canal de televisión del gobierno estatal, para estar en sintonía con los tuxtlecos que “amamos a Juan y decimos…yo también soy Yassir”. Me parece que en política la visión esquizoide es más frecuente que en otros lados. Eso digo yo. Una cosas es que quiera y otra es que pueda.
La atención de los objetivos del Milenio de la ONU me parece haber encontrado una ruta correcta en este gobierno, pero que ese precedente abra las candidaturas como magia, es otra cosa. Que el gobernador vaya cada quince días a departir alegremente con el Presidente Calderón, –como dicen muchos, entre ellos consta la esposa de un importante comunicador de la UNACH– no es fuerza suficiente para tal pretensión. El PAN no es el PRI, allá la disciplina se entiende distinta al PRI y si Felipe Calderón no pudo impedir que un insubordinado de él los dirigiera, ni pudo lograr que su actual secretario particular –a la sazón, digno chiapaneco- fuera presidente del PAN y esos panuchos no tuvieron empacho en expulsar a un hombre tan importante, inteligente y güebudo como Manuel Espino, su expresidente, menos les temblará la mano para poner orden y establecer que quien los represente en el 2012, sea al menos un panista, Vale, eso opino yo, un simple chiapaneco de segunda.
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