29.9.08

Apuntes históricos de mi estado querido

Para Marilú por su cumpleaños


Desde épocas coloniales los organismos de gobierno y administración pública se han modificado por los cambiantes rostros sociales generados en el devenir histórico. Con la llegada de los ibéricos a América, los pueblos precolombinos, muy arraigados con sus costumbres, se prepararon para adecuarse a la exigencia del colonizador, siempre y cuando se les permitiera seguir manteniendo su estructura cultural, sus estratos y sus formas de organización.

Aceptaron de los españoles una vestimenta distintiva y su redistribución geográfica manteniendo fijo uno de sus grandes objetivos: subsistir como pueblo. Quienes se mestizaron componen hoy la mayoría del rostro chiapaneco que descubre entramado sincrético de color variopinto y de matices extraordinarios.

Hasta el arribo del siglo XIX los pueblos indígenas de México y Guatemala tenían un concepto de nación heredado de la historia común y destacaban inevitablemente, los efectos de la Colonial presencia española, en donde se adivina lo moro, lo romano y lo católico. Los grupos sociales de la época, los hacendados y los comerciantes criollos reclamaban mayores espacios de participación social y pugnaban por el replanteamiento de su relación con las pequeñas, pero dominantes estructuras ibéricas.

Cuando en el Virreinato de la Nueva España se desmorona por la lucha independentista, Chiapas aún enviaba a Cádiz a sus representantes para discutir en las cortes de Cádiz (1811). El menoscabo con que era tratada la alcaldía chiapaneca por Guatemala –su regidora que nunca lo fue – era el principal reclamo. Cuando en México corrían aires de libertad, en Chiapas la contemplación distante de los actos libertarios y la deliberación de los notables líderes de Comitán con el culto fraile tapachulteco Matías de Córdova, apresuraron la declaración de Independencia de Chiapas (1821).

A partir de 1821 en Chiapas comenzó una etapa de desarrollo que aún no concluye. Su relación con México fue en un inicio tortuosa y difícil; la integración al pacto federal no acabó de completarse sino hasta 1842 porque el Soconusco no aceptó la federación en 1824, como el resto de la entidad.

La falta de atención por parte de la federación para solucionar este asunto particular -de incorporar al Soconusco y esperar 18 años- constituyó el tratamiento que se daría a nuestra provincia hasta épocas muy recientes: abandono y rezago

Con la consolidación del Estado mexicano federalizado y nacionalista en 1857 y 1917, Chiapas continúa a la zaga. Nuestros instrumentos jurídicos fundamentales tardaron en adecuarse a la Federación en la primera ocasión, un año y en la segunda, cuatro.

En la misma época y luego de una larga disputa de 17 años en entre los oriundos de San Cristóbal y los de Tuxtla Gutiérrez por la Residencia de Poderes -En 1893 el Gobernador Emilio Rabasa cambia la Residencia de Poderes a Tuxtla Gutiérrez y ello significó una pérdida de poder de los finqueros alteños y del propio clero-, los finqueros de todo el estado se unieron y se organizaron para repeler las medidas del enviado de Carranza, el constitucionalista Jesús Agustín Castro que los privó canonjías y tratos preferenciales.

Agustín Castro libera de deudas a los acasillados y proscribe la esclavitud simulada. Los finqueros por su parte, no desprovistos de astucia, innovan un mecanismo que aprovecha la sentida demanda de los chiapanecos - cansados de aceptar que las decisiones de su vida social provinieran del Centro - y promueven expulsar a los de afuera que trastocan el orden público.

En esta lucha finqueros alcanzan el éxito. Se adhieren a la causa obregonista, que cuando triunfa Álvaro Obregón en las elecciones de 1919, los finqueros impulsan a la gubernatura de Chiapas, en 1920 al jefe de ellos, general Tiburcio Fernández Ruiz y éste promulga la Constitución actual de la cual emana la estructura del actual marco jurídico

A partir de ahí se asientan las bases para comprender la historia contemporánea.