30.5.09

PET. Oro plástico que en Chiapas se tira

La recolección de envases de PET se ha convertido en un negocio emergente en México, mientras en Chiapas la mayor parte de los alcaldes lidian conflictos intestinos baladís y dejan que el agua de ríos, arroyos y manantiales se contaminen y que los residuos sólidos infecten a la tierra. De los 118 municipios de Chiapas escasamente 3 disponen de un programa de tratamiento de basura y aguas residuales.

De acuerdo a diversos estudios disponibles en la red de Internet, cada habitante del país consume en promedio unas 500 bebidas embotelladas por año, lo que ha abierto la posibilidad de obtener más de 200 millones de pesos por la recolección, trituración y exportación de unas 70 mil toneladas de botellas de plástico.

Jorge Treviño, director general de Ecología y Compromiso Empresarial (Ecoce) empresa conformada por la mayoría de las refresqueras y envasadoras de agua que usan botellas de PET en nuestro país, asegura que esas 70 mil toneladas equivalen apenas a una quinta parte (20%) de lo que asociados arrojan al mercado, de manera que todavía el negocio no opera a su máxima capacidad. ( Fuente: Diario El universal, México)

De recolectar, triturar y exportar el total de botellas de PET que cada día arrojan al mercado las embotelladoras de México, se recuperarían más de mil 500 millones de pesos anuales, cifra mucho mayor al presupuesto anual de todos los municipios de la zona fronteriza chiapaneca.

Los Plásticos forman casi 45% del total de la basura, el PET (Polietileno Tereftalato) es uno de los que más sobresale. Basta con analizar que el año 2005 se consumieron alrededor de 70 mil toneladas de PET en México. En los basureros del país se estima que, en forma de botellas, existen más 5 millones de toneladas de este plástico, si se suman las cantidades que se consumieron los años anteriores.

Ciertamente el PET contamina visualmente y en la percepción de quienes opinamos que cuando no se ve basura, estimamos que no la hay y por ello se ha satanizado tanto el PET, porque no se degrada, sin embargo esa es una de sus mayores ventajas, pues gracias a su muy lenta degradación los materiales plásticos son recuperables y reutilizables.

La otra es que, en el caso de que los artículos plásticos contengan algún componente tóxico, durante su degradación lo liberan tan lentamente y en tan pequeñas cantidades que normalmente no alcanzan concentraciones peligrosas.

Ahora, a los productos de PET que hoy supuestamente quieren vender como biodegradables no lo son del todo, pues solo aumentan a sus componentes un aditivo que en presencia de oxígeno, hace que la bolsa se deseintegre en partículas, pero los aditivos utilizados para este fin se suman a las partículas plásticas desintegradas produciendo una contaminación mayor y probablemente mas peligrosa.

Y aún más penoso es el caso de la desaparición de un sector económico nada deleznable. En la nota del diario la Jornada del 20 de marzo del presente aparece el presente reporte:

La Ley de Residuos Sólidos del Distrito Federal va más allá de restringir el uso de bolsas de polietileno en los supermercados, pues considera la sustitución de todo tipo de envases, embalajes o empaques de plástico no biodegradable que se utilizan en establecimientos mercantiles, transporte o envase de mercancías, con un impacto directo en las 3 mil 500 empresas del sector, que estarían en riesgo de desaparecer, según representantes patronales, al igual que los 150 mil empleos directos y 700 mil indirectos que generan en el país.

El presidente de la Asociación Nacional de Industriales del Plástico (ANIPAC), Guillermo Salas, informó que el gremio analiza interponer un amparo porque la legislación aprobada por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) carece de sustentabilidad y técnicamente es muy pobre; pero también solicitó una reunión con el jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard Casaubon, para que la vete e impida que se lastimen los intereses del sector.

De entrada, dijo, desaparecerían, sólo en la ciudad, 150 empresas recicladoras que dan trabajo a 15 mil personas de manera directa y a 150 mil indirectamente, pero todo el sector del plástico resultará afectado, lo que nos tiene consternados, porque ahorita están enfocándose en la bolsa de plástico, pues es la que flota, la que pesa menos y la que se ve primero, sin considerar que solamente 20 por ciento de ella se comercializa en el sector formal y el resto en el informal, donde no hay normas.


De ahí pues, que sea relevante el anuncio que hizo ayer la Administración federal http://www.presidencia.gob.mx/prensa/?contenido=45344, en donde dá a conocer financiamiento al sector privado para incentivar la recolección selectiva de los residuos y promover nuevos nichos de mercado que beneficien económica y socialmente a los actores del aseo urbano.

Como verdad de Perogrullo se explicó que reciclar se traduce en beneficios económicos para las empresas, para los gobiernos y la sociedad que solucionan un flagelo sanitario, al mismo tiempo que se cuidan los recursos naturales y disminuye el impacto de los contaminantes. Cierto. No extraordinario pero cierto.

En Chiapas nada de ello sucede y si revisamos las acciones de los gobiernos municipales tendremos un lastimoso escenario de omisión al respecto. Vean el más grave de todos que es Tapachula: con una de las mayores cuencas hidrológicas del país y del continente, tiene un tiradero a cielo abierto que por lo menos recibe 200 toneladas diarias de basura, con el lamentable deterioro del ecosistema regional.

Finalizo el presente con el embarazoso anuncio (y con una pompa, propia de los ignorantes) del celebérrimo gobernador del Estado de México, Enrique Peña que enterró un problema: en ciudad Nezahualcoyotl donde antes había basura hoy existe una área deportiva preciosa. No está mal el área deportiva, pero, ¿que creen que sucederá con los millones de toneladas de basura debajo de ella?. ¿No habrá filtraciones, dejará de existir, no contaminará? No lo se realmente.

Más lo que si sé es que el agua que tomaron los dinosaurios hace millones de años es la que bebemos hoy. No hay agua nueva en la tierra, ni vendrá del espacio. Así como el agua no se reinventa, la basura enterrada, confinada, aislada, un día nos va a alcanzar. Tal vez no a nosotros, pero nos va a alcanzar. Los supervirus de hoy reflejan el tesón que tenemos los humanos para desentedernos de asuntos formales de higiene; de bregar en lo indebido y de intentar someter a la naturaleza a nuestro interés y arbitrio. La basura de hoy será nuestro problema de mañana, cuando, espero equivocarme, no exista remedio.

La naturaleza nos ha enseñado a reciclar y debemos dejar la soberbia de nuestra temporalidad y transitoriedad y pensar en el futuro. Debemos aprovechar la oportunidad de ayudar a nuestra madre tierra y de paso, construir mas fuentes de finaciamiento, que tanta falta nos hacen.